WOMAN
GO NO’GREE


Installation & Documental Photographic Archive
Nigeria. 2019










During European colonialism gender categories were institutionalized in Yoruba, Igbo and other African cultures as one kind of bio-logic "new tradition”. Can we assume social relations in all societies are organized around biological sexual difference? Beauty canon, modernity, stereotypes… Decolonize feminism questioning the Eurocentric rational theoretical frameworks that construct gender categories in a universalistic manner.

Empires, by their very nature, embody and institutionalize difference, both between metropolis and colony and between colonial subjects. Imperial imaginary floods popular culture. Rethink gender as a sociocultural Western construction: postcolonial mapping of the distinctively European approaches to feminism that developed the "woman question” mostly as a Western one and not with a proper lens for viewing African society.

This research is inspired by different readings of African feminist literature. One of them is Oyèrónkẹ Oyěwùmí’s “The Invention of Women: Making an African Sense of Western Gender Discourses” where, among other questions, she traces the misapplication of Western, body-oriented concepts of gender through the history of gender discourses in Yoruba studies. Her analysis shows the paradoxical nature of two fundamental assumptions of Western feminist theory: that gender is socially constructed and that the subordination of women is universal. There is significant religious and linguistic evidence that Yoruba society was not gendered in its original form: before colonization social practices (such as division of labour, kinship, profession and monarchical structures) were not ordered according to gender difference but to lineage or age. So, before English colonial years empowerment in Yoruba society wasn’t linked to gender.

Another inspirational books has been Ifi Adiume’s “Male Daughters, Female Husbands: Gender and Sex in an African Society “ where she challenges the received orthodoxies of social anthropology, arguing that in precolonial society, sex and gender did not necessarily coincide. Examining the structures that enabled women to achieve power, she shows that roles were neither rigidly masculinized nor feminized. Economic changes in colonial times undermined women’s status and reduced their political role, so she maintains, patriarchal tendencies introduced by colonialism persist today, to the detriment of women. Critical of the chauvinist stereotypes established by colonial anthropology, the author stresses the importance of recognizing women’s economic activities as as essential basis of their power, being also critical of those western feminists who, when relating to African women, tend to accept the same outmoded projections.

Where is the African women identity leading to? Thus, the three central concepts that have been Western feminisms pillars -women, gender and sisterhood- are only understand with a careful attention to the nuclear family from which they have emerged; concepts that arise from the logic of the patriarchal nuclear family which is a familiar form far from being universal.

Infantilization of women as part of Western patriarchal system was also exported with the colonization of the mind, configuring a state of vulnerability and making the path of dependency propitious. Can we assume that social relations in all societies are organized around biological sexual difference? Is the male body in African societies seen as normative and therefore a channel for the exercise of power? How do new realities affect new understandings of kinship, marriage and family as a result of status class, sexuality, geography? Erotic, sisterhood, motherhood, marriage, tradition, domestication…all this aspects, nuances, with it’s own lights and shades in each society, should come out in the same level in order to compare.

Beauty circulates as a form of commodity with social, economic and cultural value. However these norms are often measured with Eurocentric values, white beauty narratives and ideals of beauty (thinness, youth,..) being strongly racialized. Whiteness is reinforced at the same time as the norm, while "otherness" becomes fetish and something "exotic”. Will Western feminism be able to grow and evolve by observing and taking into account other community movements without a look of superiority and privilege as has happened up to now?

One consequence of Eurocentrism is the racialization of knowledge: Europe is represented as the source of knowledge and Europeans, therefore, as thinkers. In addition, male privilege as an essential part of the European ethos is implicit in the culture of modernity. What if modernity models bring us to a new vision of "the other"? Stereotypes, clichés.....

Basically the two main intentions of this project are to point out the colonization of the concept of women through Victorian education, monotheists religions and canons of beauty; and the importance of the non-universalisation of feminism.Let us wish for new ways of relating genders, of new models of intercultural dialogues not based on supremacy nor on an excluding hierarchy, and maybe identities, both individual and community, could naturally develop towards a society which one wouldn't have to be invisible in order to advance.

Durante el colonialismo europeo, las categorías de género se institucionalizaron en las culturas Yoruba, Igbo y otras culturas africanas como una especie de "nueva tradición" bio-lógica. ¿Podemos asumir que las relaciones sociales en todas las sociedades están organizadas en torno a diferencias sexuales biológicas? Canones de belleza, modernidad, estereotipos... Descolonizar el feminismo cuestionando los marcos teóricos racionales eurocéntricos que construyen categorías de género de manera universalista.

Los imperios, por su propia naturaleza, encarnan e institucionalizan las diferencias, tanto entre metrópolis y colonias como entre sujetos coloniales. El imaginario imperial inunda la cultura popular. Repensar el género como una construcción sociocultural occidental: el mapeo postcolonial de los enfoques distintivamente europeos del feminismo que desarrollaron la "cuestión de la mujer" sobre todo como una cuestión occidental y no con una lente adecuada para ver la sociedad africana.

Esta investigación se inspira en diferentes lecturas de la literatura feminista africana. Una de ellas es Oyèrónkẹ Oyěwùmí La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género " donde, entre otras cuestiones, traza la mala aplicación de los conceptos occidentales de género orientados al cuerpo a través de la historia de los discursos de género en los estudios yoruba. Su análisis muestra la naturaleza paradójica de dos supuestos fundamentales de la teoría feminista occidental: que el género está construido socialmente y que la subordinación de la mujer es universal. Hay pruebas religiosas y lingüísticas importantes de que la sociedad yoruba no tenía en cuenta el género en su forma original: antes de la colonización, las prácticas sociales (como la división del trabajo, el parentesco, la profesión y las estructuras monárquicas) no se ordenaban según la diferencia de género, sino según el linaje o la edad.Es decir, antes de los años coloniales ingleses, el empoderamiento en la sociedad yoruba no estaba ligado al género.

Otro libro inspirador ha sido "Hijas que son varones y esposos que son mujeres género y sexo en una sociedad africana" de Ifi Adiume, donde desafía las ortodoxias recibidas de la antropología social, argumentando que en la sociedad precolonial, el sexo y el género no necesariamente coinciden. Examinando las estructuras que permitieron a las mujeres alcanzar el poder, muestra como los roles no estaban rígidamente masculinizados ni feminizados. Los cambios económicos de la época colonial socavaron la condición de la mujer y redujeron su papel político, por lo que mantiene que las tendencias patriarcales introducidas por el colonialismo persisten hoy en día, en detrimento de la mujer. Crítica con los estereotipos chovinistas establecidos por la antropología colonial, la autora subraya la importancia de reconocer las actividades económicas de las mujeres como base esencial de su poder, siendo también crítica con aquellas feministas occidentales que, al relacionarse con las mujeres africanas, tienden a aceptar las mismas proyecciones anticuadas.

¿Hacia dónde va la identidad de las mujeres africanas? Hay que tener en cuenta que los tres conceptos centrales que han sido pilares del feminismo occidental -mujer, género y sororidad- sólo se entienden con una cuidadosa atención a la familia nuclear patriarcal -forma familiar lejos de ser universal- de la que han surgido.

La infantilización de la mujer como parte del sistema patriarcal occidental también se exportó con la colonización de la mente, configurando un estado de vulnerabilidad y haciendo propicio el camino de la dependencia. ¿Podemos asumir que las relaciones sociales en todas las sociedades están organizadas en torno a diferencias sexuales biológicas? ¿Se considera que el cuerpo masculino en las sociedades africanas es normativo y, por lo tanto, un canal para el ejercicio del poder? ¿Cómo afectan las nuevas realidades a las nuevas comprensiones del parentesco, el matrimonio y la familia como resultado de la clase social, la sexualidad, la geografía? Erotismo, hermandad, maternidad, matrimonio, tradición, domesticación... todos estos aspectos, matices, con sus propias luces y sombras en cada sociedad, deben salir al mismo nivel para poder comparar.

La belleza circula como una forma de mercancía con valor social, económico y cultural. Sin embargo, estas normas se miden a menudo con valores eurocéntricos, narrativas de belleza blanca e ideales de belleza (delgadez, juventud,...) fuertemente racializados. La blancura se refuerza al mismo tiempo que la norma, mientras que la "alteridad" se convierte en fetiche y en algo "exótico". ¿Podrá el feminismo occidental crecer y evolucionar observando y tomando en cuenta otros movimientos comunitarios sin una mirada de superioridad y privilegio como ha ocurrido hasta ahora?

Una consecuencia del eurocentrismo es la racialización del conocimiento: Europa está representada como fuente de conocimiento y los europeos, por tanto, como pensadores. Además, el privilegio masculino como parte esencial del ethos europeo está implícito en la cultura de la modernidad. ¿Y si los modelos de modernidad nos llevan a una nueva visión del "otro"? Estereotipos, clichés........

Básicamente, las dos intenciones principales de este proyecto son señalar la colonización del concepto de mujer a través de la educación victoriana, las religiones monoteístas y los cánones de la belleza; y la importancia de la no universalización del feminismo: deseemos nuevas formas de relacionar los géneros, nuevos modelos de diálogos interculturales que no se basen en la supremacía ni en una jerarquía excluyente, y tal vez las identidades, tanto individuales como comunitarias, puedan desarrollarse de forma natural hacia una sociedad que no tendría que ser invisible para avanzar