USUS FRUCTUS ABUSUS

La Blanche et la Noire




Installation & Documental Photographic Archive
2022












Property in Roman Law was defined as the absolute and full enjoyment of an object or corporeal entity.

Usus was the right of the owner to make use of the entity according to its destination or nature, fructus was the right to receive both real fruits (money) or fruits in general, and abusus was the right of disposition based on the power to modify, sell or destroy it, and property was perpetual,  absolute and exclusive.

Starting from the concept of ownership a dialogue is raised addressing issues around the spoliation, race and gender. Return what has been plundered and looted, both in terms of objects and identity, is it an urgent, universal and feasible question for everyone?

Ownership, restitution, reparation, recontextualization, .... Who has agency to give, return, adjudicate, rename?


The concept of museum was born more than 300 years ago, when the collections of certain monarchs, kings or emperors were opened to the public, being since then institutions that give identity and define a nation. But if the origin of these spaces is colonialist, History, universal rights and ethics come into conflict.

The question of how to safeguard and exhibit works of art, artefacts and even humans remains that were acquired (or, more often, looted) by Europeans, mainly during the heyday of imperialism between the 18th and mid-20th centuries, is an extremely thorny ethical issue. Major institutions in France, Belgium, Germany, Portugal, Holland, Spain and England have, for the most part, a sordid history of dealing with these issues and, unfortunately, not always with the intention of reviewing and rectifying them in the face of an urgency to "decolonize" museums.

It is evident that the museum as an institution is not and has never been a mere container and neutral or beneficial exhibitor of objects and artefacts. To the dismay of museum boards around the world they have become a key battleground in the struggle for decolonization. It is time for a reckoning that addresses the myriad ways in which museums have been and often continue to be the beneficiaries of Europe's violent expansion and exploitation, responsible for a stereotypical imaginary.

This project consists of several formal, narrative and discursive layers that have been developed since 2019.

Some of them have been produced thanks to the Ayudas a Creación y Desarrollo 2019 Grant from the Madrid City Council, and the Ayudas para la Investigación, Creación y Producción Artísticas en el Campo de las Artes Visuales Grant from the  Ministry of Culture and Sport of Spain, both awarded in the 2020 and 2022 calls respectively.

Others are still in the development phase in the absence of economic facilitation for their production.

La propiedad en el Derecho Romano se definía como el goce absoluto y pleno sobre un objeto o ente corporal.

El usus era el derecho que el titular tenía de hacer uso del ente de acuerdo a su destino o naturaleza, fructus el que se tenía a percibir los frutos, abusus el derecho de disposición basado en la potestad de modificarlo, venderlo o destruirlo. La propiedad era perpetua, absoluta y exclusiva.

A partir del concepto de propiedad se abordan cuestiones en torno al expolio, las narrativas hegemónicas, la raza y el género. Devolver lo que ha sido expoliado y saqueado, tanto en términos de objetos como de identidad, ¿es una cuestión urgente, universal y factible para todos? Restitución, reparación, recontextualización... ¿Quién tiene agencia para dar, devolver, adjudicar, renombrar?

El concepto de museo nació hace más de 300 años, cuando fueron abiertas al público las colecciones de ciertos monarcas, siendo desde entonces instituciones que dan identidad y definen a una nación. Pero si el origen de estos espacios es colonialista, entran en conflicto Historia, derechos y ética. Revisar la relación entre una antropología colonial establecida no como estudio de la cultura, sino de la diferencia, y las colecciones museísticas provenientes de un pasado colonial en su mayor parte expoliador; su historicidad y su historiografía, excusada tras una inquietud de descubrimiento y de expediciones casi siempre con espíritu “salvador”; así como su función ejercida durante décadas de refuerzo del exotismo y de la distinción, intrínsecamente relacionados con los discursos supremacistas.

La cuestión de cómo salvaguardar y exhibir obras de arte, artefactos e incluso restos humanos que fueron adquiridos (o, con mayor frecuencia, saqueados) por europeos, principalmente durante el apogeo del imperialismo, es una cuestión ética y pertinente. Las principales instituciones de Francia, Bélgica, Alemania, Holanda e Inglaterra tienen, en su mayor parte, un historial sórdido en cómo se abordan estas cuestiones, y, desgraciadamente, no siempre con intención de revisión/rectificación, ante un urgencia por la “descolonización” de los museos. España también.

El museo como institución no es ni ha sido nunca un mero poseedor y exhibidor neutral o benéfico de objetos y artefactos. Para consternación de los consejos de administración de los museos de todo el mundo, se han convertido en un campo de batalla fundamental. Es hora de un cálculo que aborde la miríada de maneras en que los museos han sido y, a menudo, siguen siendo los beneficiarios de la expansión y explotación violenta de Europa, responsables de un imaginario estereotipado.


Este proyecto consta de cinco estratos formales, narrativos y discursivos que llevan desarrollándose desde 2019.

Algunos de estos han sido producidos gracias a las Ayudas a Creación y Desarrollo del Ayuntamiento de Madrid 2019, y las Ayudas para la Investigación, Creación y Producción Artísticas en el Campo de las Artes Visuales del Ministerio de Cultura y Deporte tanto en la convocatoria del 2020 como en la del 2022.

Otros aún están en fase de desarrollo a falta de facilitación económica para su producción.